No
hace falta contar con una habitación o dependencia delimitada para poder tener
un vestidor en casa. Basta con tener el espacio suficiente dentro del propio dormitorio,
integrándolo de forma sencilla con el resto de elementos.
Si
delante de tu cama hay un espacio equivalente a colocar otra cama de las mismas
dimensiones que la que tienes o dispones de un dormitorio alargado, ésta puede
ser una perfecta solución para aprovechar el espacio. Dispondrás de un lugar para
guardar tu ropa a modo de vestidor, aunque eso sí, deberá permanecer en perfecto orden
para poder lucirse en condiciones.
Existen
distintas configuraciones para poder ubicar nuestro vestidor. La más acertada,
a mi modo de ver, es la que coloca un telón (armario, estor, cortina o
similar) detrás de la cama, justo formando el cabecero. Detrás de esto se
organiza toda una pared de armarios y dos entradas al vestidor abiertas, a cada
lado de la cama.
Quizás
se entienda mejor contemplando el siguiente plano y las fotografías:
La
siguiente configuración, supone colocar la cama en un extremo de una habitación
alargada y el vestidor en el extremo opuesto. En este caso, lo mejor es
utilizar un mueble
separador de ambientes (como las estanterías EXPEDIT de IKEA) y completar
la pared de en frente con módulos de vestidor (serie ALGOT de IKEA) que dejan
parte de la ropa a la vista y organizan el resto en cajas, cajones, estantes,
cestas…
De
nuevo, IKEA nos proporciona una estructura de almacenaje que va de suelo
a techo y que funciona perfectamente como separador de ambientes, en
nuestro caso entre vestidor y dormitorio.
Por último, siempre queda la posibilidad de desprenderse de tabúes y dejar un vestidor completamente abierto al dormitorio, con puertas correderas de vidrio, un biombo o similar, que deje a la vista todo lo que hay detrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario